domingo, 29 de abril de 2007

¿Messi o Maradona?

Para mi no hay discusión, el gol de Maradona es mucho mejor que el de Messi. No tanto por la diferencia en lo estético, pues son muy parecidos. Escojo el gol de Maradona por la importancia que tiene. Una cosa es hacer un gol en la Copa del Rey con el Barcelona frente al Getafe; y otra muy diferente, es hacer un gol en la semifinal de un mundial contra una selección tan importante como lo es la inglesa. Para mi el contexto en el cual fue hecho el gol de Maradona le da un valor tan grande que lo pone en un nivel más alto que el de Messi.

Juan Sebastián Quintero

¿Hablamos de goles o hablamos de dolares?

“El espectáculo está tan deteriorado que se hace imposible entender lo que ocurre con el juego. Hoy, hablar de fútbol equivale a determinar, desde la perspectiva del márketing, cuantas camisetas puede vender Beckham o que debe hacer un jugador para ingresar al mercado. En Sudamérica, la preocupación está en como promocionar la venta de jugadores, lo que, además, no alcanza para sanear la economía de las instituciones, pero si , para pagar millonarias comisiones con las que se enriquecen algunos, se funden los clubes y se deteriora el espectáculo. Así están las cosas”. Este es el trise diagnostico que hace Cesar Luis Menotti del fútbol en el prólogo del libro de Ángel Cappa, ¿Y el fútbol, donde está?. Lastimosamente, y sé que hablo en nombre de los millones de amantes del juego, esta afirmación cada día toma más fuerza.

Es increíble lo que están haciendo con nuestro fútbol (nuestro, porque el fútbol es de todos. No es de los políticos, de los dirigentes, de los managers, de los agentes, de los jugadores, los periodistas o los hinchas. El juego es de todos). Ahora el juego es un mercado más. A los dueños de los clubes sólo les importa el dinero que deja el espectáculo. La belleza, la estética y la esencia del fútbol han pasado a un segundo plano. Los ceros en los cheques y la publicidad en los medios de comunicación le han robado espacio a los goles, a las paredes y a los taquitos.

Lastimosamente, cuando se habla de este tema, siempre se toca el mismo punto. Que importa si Bekham no corre un solo balón durante el partido; lo que importa, es que en la tienda del Real Madrid, sus camisetas se venden por millones. Esto es tan obvio, que, a pesar que el equipo merengue no gana un nada importante desde el 2003, año en que llegó Beckhan al Madrid, en octubre del 2006, él renovó su contrato con el equipo. Eso si, según el diario El Nuevo Herald, el jugador exigió que se aumentara de 50 a 80% su porción por los derechos de imagen.

En la actualidad el jugador de fútbol debe hacer parte del Jet Set nacional, sino, no sirve. Los futbolistas no sólo parecen modelos, son modelos. Los buenos jugadores no son los que tocan y se muestran o los que saben manejar los tiempos de un partido. No se es bueno, sino hay un contrato con Nike, Puma o Adidas. La televisión, las revistas y la radio son las encargadas de decidir que futbolista vale la pena.

El fútbol se ha convertido en un mercado más. Este mundo moderno, lleno de capitalismo e intereses económicos, ha hecho de nuestro juego un gran negocio que sólo se salvará volviendo a lo básico. Es necesario recordar a los grandes que jugaban por el placer de ver sonreír a los hinchas, pero principalmente porque amaban al deporte. Hay que reclamar el fútbol puro, el que no necesita de dólares o cámaras, ese que se alimenta de corazón, pasión y sentimiento.

Juan Sebastián Quintero E.